Haciéndoles ver lo que cuesta ganar un euro. Muchos padres,
en su afán de proteger a sus hijos, practican una política de darles todo. Es
un error. Igual que con la educación que brinda el colegio, la familia también
debe educar a los niños en el ahorro. Niños consentidos pueden ser adolescentes
problemáticos y adultos derrochadores. El niño debe conocer la realidad del
entorno en el que vive, saber que no puede comprar todo, como tampoco lo hacen
sus padres, y aprender la cultura del sacrificio, del ahorro y la paciencia.
Según la Asociación Mundial de Educadores, en 2008 los más
pequeños recibían una paga de media de unos 3 euros a la semana, mientras que
los adolescentes percibían unos 20 euros para sus gastos propios. Esto es clave
, son sus gastos propios. La familia les paga la comida, la ropa, etc. Pero los
caprichos, sobre todo de adolescentes, deben pagarlos ellos. Y si no hay, pues
que ahorren o gasten menos. La paga debería empezar, según esta asociación,
cuando los más pequeños empiezan a comprar cosas con sus amigos de colegio,
localidad o barrio. Un dinero que les sirve para adquirir y tomar algo fuera
del domicilio familiar. La edad la sitúan en torno a los 10 años. A partir de
los siete los niños ya aprenden en el colegio a sumar y a restar, de manera que
se hallan en condiciones de manejar dinero para sus pequeños gastos semanales,
aunque es posible que no aprecien bien los conceptos caro y barato. Otras
nociones relevantes, que se incorporan a partir de los 10 años, son deseable o
necesario. Un consejo habitual para los padres que optan por este sistema es
tener claro que se trata de un acto voluntario, no obligatorio, y se recomienda
que reflexionen sobre los valores que quieren fomentar y transmitir a sus hijos
en relación con el dinero.
Extraído del Libro Economía para andar por casa.
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