jueves, 29 de agosto de 2019

¿Qué debe tener un buen seguro de viaje?



Un seguro básico es el que ofrece una cobertura mínima y suele estar incluido en los viajes contratados a través de las agencias de viajes. Los seguros mínimos ofrecen cobertura ante determinadas situaciones. Una de ellas es el overbooking. En este caso las indemnizaciones varían en función del precio abonado por el billete. El seguro incluye la posibilidad de buscar alternativas para llegar al destino lo más rápido posible, la devolución del precio del billete o el cambio de la fecha de viaje de acuerdo con las posibilidades del titular. No hay que olvidar que en la Unión Europea, si se produce un retraso en el vuelo de más de tres horas y supone la pérdida de la conexión con otro vuelo, el seguro obliga a la compañía aérea a buscar un vuelo alternativo y hospedaje en un hotel, si fuese necesario. Además se puede reclamar una indemnización a la aerolínea de entre 250 y 600 euros. En caso de no haber conexiones, la aerolínea debe reembolsar la totalidad del importe del billete en un plazo máximo de 7 días, si el retraso es superior a cinco horas. En cuanto a los seguros médicos mientras viajamos, la cobertura sanitaria está incluida durante toda la estancia, aunque conviene informarse bien ya que no todas las medicinas y atenciones están cubiertas en su totalidad. Y cada vez es más frecuente contratar un viaje con varios meses de antelación para beneficiarse de los descuentos que ofrecen las agencias de viajes. Por este motivo es conveniente contratar un seguro de cancelación que evite disgustos de última hora y gastos innecesarios si al final tenemos que cancelar el viaje contratado.

Extraído del Libro Economía para andar por casa.

miércoles, 21 de agosto de 2019

¿Por qué hay tantos restaurantes que permiten a los clientes volver a llenar el vaso sin pagar nada?


En apariencia, esta práctica es contraria a la lógica de la competencia perfecta, que sostiene  que las personas han de pagar el coste completo de los bienes o servicios adicionales que adquieren.
No obstante , la competencias nunca es perfecta. En el negocio de la restauración, igual que en muchos otros negocios, el coste medio por cliente servido disminuye con el número de clientes servidos. Esto significa que el coste medio de las comidas que sirve un restaurante es mayor que el coste marginal de una comida. Dado que el precio que cobra por cada comida debe estar por encima del coste marginal de dicha comida, un restaurante aumenta su beneficio si consigue atraer a más clientes.
Ahora, imaginemos una situación inicial en la que ningún restaurante deja que se vuelvan a llenar gratis los vasos. Si uno de ellos hiciese esta oferta ¿qué ocurriría?. Los comensales que quisiesen repetir la bebida en ese restaurante pensarían que es una ganga. Se correría la voz y, al poco tiempo, el establecimiento tendría muchos más clientes que antes. Aunque estaría soportando un coste por cada bebida adicional, el importe de ésta sería extremadamente bajo.
Para que la medida funcione, el beneficio que obtiene el restaurante por las comidas adicionales que sirve debe exceder el coste de las tres bebidas que regala a sus clientes. Y, como es probable que el margen de beneficio de las comidas adicionales supere el coste de cada una de dichas bebidas, su beneficio total debe aumentar.
Al ver el éxito que tiene la oferta de este restaurante, los restaurante de la competencia harían lo mismo y, a medida que se sumasen más restaurante, iría disminuyendo la clientela del pionero. Si todos los restaurantes hicieran esta oferta , el volumen de negocio de cada restaurante apenas sería diferente de que tendría si ninguno la hiciese. Y, dado que los márgenes de beneficio en el sector de la restauración suelen ser reducidos, parecería que la oferta de las bebidas adicionales gratuitas acarrearía pérdidas a muchos restaurantes.
De hecho, eso es lo que ocurriría si los precios de los platos se mantuviesen constantes a lo largo de este proceso. A causa de la oferta de bebidas gratis, las comidas estarían proporcionando a los clientes una mayor satisfacción que antes, pues ahora no pagan nada cada vez que llenan el vaso, mientras que antes eso mismo les costaba varios dólares. Aprovechando el mayor beneficio neto que obtienen los clientes, los restaurantes podrían subir los precios de los platos. Cuando hubiese pasado la tormenta, cabe esperar que los precios de las comidas hubieran subido ligeramente para compensar el coste de las bebidas adicionales gratuitas.
Por otro lado, hay que tener en cuenta que los restaurantes suelen cobrar alrededor de dos dólares por un concentrado de té frío o de refresco mezclado con agua carbonatada que les cuesta unos pocos céntimos. Para que el coste adicional fuese relevante, los clientes tendrían que llenar sus vasos incontables veces. Si sólo un 10 por 100 de los clientes pidiesen una bebida en lugar de agua para aprovechar la oferta, es casi seguro que el restaurante saldría ganando. Según este razonamiento , debería ser menos probable encontrar esta oferta en los restaurantes que sirven refrescos y té frío en latas que encontrarla en los demás y, de hecho, es así. Una vez más , la excepción confirma la regla. 

Extraído del Libro El Economista Naturalista. 

domingo, 4 de agosto de 2019

Libro recomendado: Cómo funciona la economía para dummies


Leopoldo Abadía recurre a su conocido sentido común para explicarnos con mucho humor qué es y cómo funciona la economía, a escala nacional y a escala mundial. La inflación, el papel de los bancos, el impacto de las decisiones del FMI en nuestro bolsillo, la crisis actual y sus causas, el desempleo, posibles salidas a la crisis o consejos para ahorrar; de todo ello te habla en estas páginas.
 El complejo funcionamiento de la economía global explicado en lenguaje casero y con ejemplos de las personas de a pie. Con un sentido común a raudales, Leopoldo Abadía a pesar de no ser economista, transmite sus razonamientos y dudas con una claridad asombrosa y fácilmente entendibles para la gente común.

jueves, 1 de agosto de 2019

¿Por qué es conveniente contratar un seguro de hogar?



Porque nos cubre ante cualquier desperfecto o contingencia cuya reparación afecta tanto a nuestra vivienda como a las colindantes. En España, por ley, el propietario de una vivienda está obligado a contratar un seguro mínimo de hogar por lo que pueda ocurrir y afectar a los vecinos o demás personas que también vivan en el edificio. Al igual que los pisos en propiedad, los pisos en alquiler están también obligados a contratar un seguro de hogar mínimo que cubra las necesidades y los desperfectos que puedan suceder, ya sea en el propio inmueble o con los vecinos. Además de este seguro, las compañías cuentan con muchas más opciones.
Con respecto a los daños que cubre un seguro de hogar hay que decir que depende de loa que se contrate y de la compañía. En el caso de un seguro multirriesgo , el más habitual, cubre el pago de un indemnización, el coste de repación o reposición de bienes por los daños que pueda sufrir la estructura de la vivienda. A esto se le llama continente. Los daños a su contenido: muebles, ropas, electrodoméstico, joyas, etc. , en definitiva todo lo que hay dentro de la casa. También respalda con un capital por la responsabilidad civil que puedan reclamar terceras personas. Si se incendia la casa repararán las estructuras dañadas, acondicionarán las paredes y pagarán una cantidad para comprar nuevos muebles y ropa. Si nos roban reparan los daños en puertas o ventanas y abonan una cantidad por las cosas robadas. La indemnización que paguen dependerá de los capitales que contratemos.
El seguro también cubre desperfectos relacionados con la climatología. En caso de una lluvia superior a 40 litros por metro cuadrado, viento con velocidades mayores a 90km/h, habrá que acreditar estos valores acudiendo al Insituto Meteorológico Nacional y solicitar un certificado, para que el seguro cubra los desperfectos. En principio con granizo, pedrisco o nieve, en un seguro multirriesgo no hay que presentar ningún documento, ya que el daño es evidente. Si los daños climatológicos son debidos a hechos excepcionales, caso de movimientos sísmicos o inundaciones, las autoridades locales, autonómicas y nacionales también facilitarán la reconstrucción de los daños, a través del Consorcio de Compensación de Seguros.

Extraído del Libro Economía para andar por casa.