Un seguro básico es el que ofrece una cobertura mínima y
suele estar incluido en los viajes contratados a través de las agencias de
viajes. Los seguros mínimos ofrecen cobertura ante determinadas situaciones.
Una de ellas es el overbooking. En este caso las indemnizaciones varían en
función del precio abonado por el billete. El seguro incluye la posibilidad de
buscar alternativas para llegar al destino lo más rápido posible, la devolución
del precio del billete o el cambio de la fecha de viaje de acuerdo con las
posibilidades del titular. No hay que olvidar que en la Unión Europea, si se
produce un retraso en el vuelo de más de tres horas y supone la pérdida de la
conexión con otro vuelo, el seguro obliga a la compañía aérea a buscar un vuelo
alternativo y hospedaje en un hotel, si fuese necesario. Además se puede
reclamar una indemnización a la aerolínea de entre 250 y 600 euros. En caso de
no haber conexiones, la aerolínea debe reembolsar la totalidad del importe del
billete en un plazo máximo de 7 días, si el retraso es superior a cinco horas.
En cuanto a los seguros médicos mientras viajamos, la cobertura sanitaria está
incluida durante toda la estancia, aunque conviene informarse bien ya que no todas
las medicinas y atenciones están cubiertas en su totalidad. Y cada vez es más
frecuente contratar un viaje con varios meses de antelación para beneficiarse
de los descuentos que ofrecen las agencias de viajes. Por este motivo es
conveniente contratar un seguro de cancelación que evite disgustos de última
hora y gastos innecesarios si al final tenemos que cancelar el viaje
contratado.
Extraído del Libro Economía para andar por casa.
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