Todas las pólizas de coches son una suma de coberturas, o lo
que se llama pólizas combinadas, que podrán adaptarse a las necesidades del
asegurado. Si incluimos todas las posibilidades que nos ofrece la aseguradora
sería una póliza de seguro a todo riesgo. Puede incluir la cobertura a los
ocupantes del vehículos. De esta manera se aseguraría una cobertura en caso de
fallecimiento, invalidez o lesiones a raíz de un siniestro durante la
circulación del vehículo. Incluye los gastos sanitarios, hospitalarios y
traslados de ambulancia, tanto en España como en el extranjero. Estas
modalidades ya dependen de la compañía. Cubre los daños propios del vehículo
hasta los límites fijados en la póliza y puede cubrir la totalidad de los daños
o por sistema de franquicia, donde, por ejemplo, los primeros 200 o 300 euros
los paga el asegurado y el resto la compañía. Esta cobertura también contempla
el traslado del vehículo al taller de reparaciones. Y aquí se ofrecen hasta
noches de hotel si no es posible el traslado en el día al domicilio, cuando se
está de viaje. Como en el caso del seguro a terceros ampliado se cubre robo,
incendio y rotura de lunas. Y además, todas las coberturas complementarias:
defensa en multas, defensa jurídica para evitar la retirada de carnet,
préstamos de reparaciones, vehículo de sustitución, etc, tanto en España como
si estamos de viaje por países de la Unión Europea. Ante la fuerte competencia
del sector, ahora, mediante el sistema de bonos bueno/malo, si no se dan partes
con culpa del tomador del seguro se llega a bonificar hasta un 50%. Varias
compañías, además , ofrecen pintar el vehículo a los cuatro o cinco años. Las
compañías se esfuerzan por ser competitivas en el precio, y sobre todo, ofrecer
algo más que sus competidoras. Porque a la hora de renovar, usted puede irse a
la compañía de seguros que desee.
Extraído del Libro Economía para andar por casa.