La primera máxima es que nunca se dan duros a peseta. La
rentabilidad de la inversión va en aumento a medida que se incrementa el riesgo
de la misma, es decir, la posibilidad de perder el dinero. A mayor riesgo,
mayor interés. La otra cuestión clave es no poner todos los huevos en la misma
cesta. Hay que diversificar las inversiones. No hay que colocar todo en el
mismo producto, tampoco en los mismos sectores o instrumentos. Se puede
invertir en bolsa, comprando acciones de las empresas que cotizan en ese
mercado. Los que saben de este negocio siempre dicen que en bolsa hay que
invertir el dinero que no vamos a necesitar y establecer límites a las
pérdidas. No hay que casarse con un valor que comience a bajar porque cuando
queramos salir de él, desinvertir, puede que entonces sea demasiado tarde.
Durante mucho tiempo la vivienda atrajo la mayor parte del ahorro de los
españoles. España es uno de los países europeos con mayor porcentaje de
vivienda en propiedad. Pero ahora es un mercado con mucho riesgo. El precio de
las casas ha bajado sin parar desde el inicio de la crisis. Depende de las
zonas, pero la pérdida de valor de los bienes inmuebles supera el 25% y los
expertos aseguran que seguirá cayendo
hasta un 50% de media. Otra posibilidad es invertir en deuda pública. Esto es
comprar letras, bonos y obligaciones del Tesoro que nos ofrecerán una
rentabilidad determinada, nos pagarán unos intereses al año. También existe la
posibilidad de invertir en deuda corporativa, es decir , bonos y obligaciones
de las empresas. Esta es una inversión a largo plazo. El ahorrador más prudente
dejará el dinero en depósitos bancarios. Hay todo un universo de ofertas,
muchas acompañadas de regalos.
Cuidado, hay que fijarse en el interés que nos dan, si es a
plazo fijo o no, las condiciones, etc. , y no tanto en el ordenador o televisor
que nos ofrecen como gancho. Si uno no quiere complicarse la vida puede elegir
uno de los innumerables fondos de inversión. Hay casi uno para cada persona y
carácter. Existen de renta fija, de renta variable, mixtos, nacionales ,
internacionales, de un sector determinado, con más o menos riesgo, etc. Pero si
somos personas previsoras puede que pensemos en la jubilación y decidamos
ahorrar en un fondo de pensiones. En este caso ocurre lo mismo, los hay para
todos los gustos. Ojo con las comisiones. Un gran enemigo del ahorro, como ya
hemos visto, aparte del riesgo, es la inflación, que se come la rentabilidad.
En todos los casos hay que estar muy pendientes de la letra pequeña, las
cláusulas y la capacidad de liquidez, la posibilidad de salirse de la inversión
y si hay penalizaciones por hacerlo antes de lo estipulado en el contrato.
Extraído del Libro Economía para andar por casa.
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