La primera etapa en la elaboración de un proyecto empresarial debe ser la definición del propósito último de la empresa o del negocio y su Misión.
Probablemente la respuesta más rápida para estas cuestiones se refiera a la generación de beneficios, o a la rentabilidad económica, pero esta respuesta es sólo parcialmente correcta ya que si la empresa no vende sus productos o servicios, es decir no tiene clientes no puede generar ingresos.
El objetivo último del negocio o de la empresa respondería a la pregunta: ¿Para qué queremos crear esta actividad?. Este fin último puede ser único o múltiple: rentabilizar una inversión, autoempleo, dar un servicio necesario a la sociedad, etc.
Podríamos definir la Misión de toda empresa, grande o pequeña como la de: "satisfacer determinadas necesidades o deseos de ciertos grupos de personas (consumidores o clientes) que, en conjunto, forman sus mercados".
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