Porque los gobernantes no son capaces de controlar al
conjunto de la población mundial y cobrarles todos los impuestos que desean
cobrarles. A menudo se habla de los paraísos fiscales como si fueran reductos
exclusivos de peligrosos criminales y bandas mafiosas. No es así. Todo indica
que en los paraísos fiscales se refugian millones de ciudadanos honrados que
quieren pagar menos impuestos aprovechando la legalidad vigente, aunque también
hay muchos otros que lo hacen de modo ilegal. Todos los Gobiernos dicen que
quieren acabar con los paraísos fiscales. No es probable que lo logren porque
para conseguirlo habría que hacer alguna de estas tres cosas: convertir al
mundo entero en una cárcel, o en una tiranía con una policía detrás de cada
persona, o bajar los impuestos.
Extraído del Libro Economía para andar por casa.
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